en Dramaturgia Procesional en Almería
Arte, historia y escenografía devocional de la Semana Santa
Manuel Guzmán Bejarano
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Sin duda, Manuel Guzmán Bejarano (1921-2002) es considerado como unos de los más destacados tallistas sevillanos del siglo XX. Hijo de marmolista y discípulo de José García Roldán y Luis Jiménez Espinosa, entró como aprendiz en el taller de Castillo Lastrucci. Su formación directa en los talleres la combinó con los estudios en la Escuela de Artes Aplicadas. De su taller de calle Pizarro ha salido un importante número de obras lignarias, que se encuentran repartidas por toda Andalucía, Madrid, Lorca y Elche. A sus gubias corresponde el trono del Santo Sepulcro de Huércal-Overa y el paso del Señor de Salud y Pasión en su Tercera Caída, ejecutado entre 1996 y 1997.
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En esta última obra, el tallista del barrio de Triana expone todos sus conocimientos en torno a la retablística del barroco sevillano, al desarrollar un conjunto caracterizado por su talla valiente y movidas líneas del canasto y los respiraderos, todo ello barnizado en caoba por el charolista Juan Manuel Rodríguez Arcos (1998). La combinación de esta tonalidad y la plata tiene un feliz resultado en este ejemplo de paso, donde el orfebre hispalense Ramón León Peñuelas aporta cuatro altorrelieves de ágiles movimientos en los que se representan las escenas del Prendimiento, Azotes y Columna, Descendimiento y Traslado al Sepulcro, para ser colocadas en las cartelas de la canastilla, todos ellos de 1998. Además, en los ángulos se ubican cabezas de ángeles y esculturas barnizadas de los cuatro evangelistas, dotados de nimbo de plata. En el caso de San Juan, su figura se complementa con la presencia de un águila imperial en posición angular. El bombo se resuelve en su parte alta con crestería de labor calada.
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En los respiraderos se ubican dieciséis cartelas en plata de ley (1999), orladas sobre motivos ornamentales, presidiendo el frontal la imagen de Santa Teresa, a quien está consagrada su sede canónica, siendo flanqueada por los escudos del Obispado almeriense y el colegio de médicos de la provincia. Para el centro de la trasera se incluye la escenografía de la curación de la hemorroísa, acompañada de la heráldica de la 212 Comandancia de la Guardia Civil y Capitanía Marítima y Centro Regional de Coordinación de Salvamento de Almería, por su vinculación a la corporación como hermanos honorarios.
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Los laterales están presididos por cartelas alusivas a la resurrección de Lázaro, en uno de ellos, y la curación del paralítico, en otro, mientras que el resto que los acompañan presentan escenas de la Pasión de Cristo.
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Pareja de ángeles cirineos policromados al óleo, de Fernando Murciano Abad, ayudan al Señor a soportar el peso de la cruz. Estas notables esculturas, cercanas al metro de altura, recuerdan en cierto modo a los modelos popularizados por Francisco Buiza Fernández. Los estofados de los ropajes y alas, así como las labores de dorado, corresponden a Francisco Javier González Montero.
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Seis faroles en plata de ley, obra de Ramón León Peñuelas de 1998, ofrecen luz a la imagen, cuatro de ellos de mayores dimensiones, para las esquinas.
